viernes, 4 de septiembre de 2009

TÚ Y YO

Con la fuerza de una ola
que rompe en los acantilados
así, de la misma manera
nuestras vidas se encontraron.

Sobrevino después la tormenta
que en mi alma sembró el llanto.

Y sin embargo tú fuiste
en esa relación nuestra,
como la elástica niebla
que contra el monte se estrella

Te evaporaste, pasaste
sin sufrir dolor ni pena
ni nada que se parezca.

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