miércoles, 20 de mayo de 2009









LUTO MARINERO

La inmensidad penetraba su alma
sentada al borde del acantilado,
tenía en los ojos ausencia de gaviotas
y flores marchitandose en las manos.

Certera soledad, puñal de hielo.
Mar,
saturado de azul al infinito.
Ola,
que con violencia forja espuma blanca.
Feroz belleza,
la que sin piedad devora
a los osados hijos de la tierra.

Se levantó despacio
y extendió los brazos
como alas negras
quebradas al abismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario